Esta mañana he salido a
pasear con mi abuelo por el campo, hemos estado recogiendo setas y demás. Nos
hemos paseado por un montón de plantaciones y parajes, estos paisajes eran
preciosos, sí, siempre y cuando no bajaras la mirada al suelo, entonces te
dabas cuenta de lo que hemos hecho la raza humana. Había botellas de vidrio
hechas añicos, latas de refrescos oxidadas, bolsas de plástico, envoltorios de
patatas, ¡hasta una caja de preservativos!, y que alguien por favor me explica como
llega eso a un bosque perdido por el monte, porque yo no me lo explico.
Este paseo me ha llevado a
pensar en lo egoístas que somos los seres humanos, es verdad, y quien diga lo
contrario peca de mentiroso. Arrasamos con todo lo que se ponga en nuestro camino
con tal de avanzar y conseguir riquezas. Si construyendo un hotel en primera
línea de playa destruimos el hábitat de muchas especies que más da si a cambio
ganamos millones, esto es a lo que me refiero. No nos preocupamos por nada ni
nadie que no seamos nosotros mismos. Destruimos bosques y selvas para construir hoteles y resorts; hemos puesto a miles de especies en peligro de extinción; contaminamos la atmósfera, los ríos, los océanos; lanzamos bombas nucleares; agotamos las reservas de petróleo y agua potable... Lo peor de todo es que algún día nos
lamentaremos de todo lo que hacemos hoy en día. Cuando el día de mañana no
tengamos tierras dónde cultivar o agua potable que beber, entonces pensaremos
en todo lo que estamos haciendo mal.