lunes, 28 de diciembre de 2015

Paré. Respiré. Pensé.

Paré. Respiré. Pensé. 

Pasamos por la vida sin fijarnos en los detalles, en las personas. Puede parecer una falacia, pero es cierto que solo nos damos cuenta de lo que tenemos, o teníamos, cuando ya no lo tenemos. Se añora lo que se tuvo y se desea lo que se sabe que jamás se tendrá. 

Paré. Respiré. Pensé. 

En un momento, sin darme cuenta, pasé de un pequeño mediterráneo a un atlántico grande, en el que cabían todas las posibilidades. La inmensidad. Eso me aterra. El miedo a la añoranza, estoy cansada de perder. Perdemos demasiadas cosas a lo largo de la vida. Perdemos demasiados momentos. Perdemos demasiadas personas. 

Paré. Respiré. Pensé. 

No importa el lugar, sino quien te acompaña. No importa la persona, sino los momentos. Vaya donde vaya, los añoraré. Vaya donde vaya, crearé nuevos. Vaya donde vaya, vendrás conmigo. 

Paré. Respiré. Pensé. 

Los que nos aman nunca nos dejan de verdad. Cuánto he aprendido yo de ti, viejo amigo.

Paré. Respiré. Pensé. 

Voy a comerme el mundo. Entrantes, primero, segundo y postre. Y ten por seguro que me quedaré a los cubatas.  

miércoles, 24 de junio de 2015

Vías de tren

Últimamente estás presente en todas mis noches, cuando hace tanto que estás ausente. No puedo recordar en qué momento exacto pero una noche acudiste a mí en sueños. Después de eso, ausencia, una que se prolongó por meses. Y de repente hace unos días, intentando acabar con el aburrimiento viendo fotos antiguas, ahí estabas. Y así la espiral comenzó de nuevo. Todos los recuerdos volvieron. Recordé, recordé aquello que pensaba que no volvería a ver jamás. Añoré aquellos tiempos, aquellos tiempos en los que compartíamos mañanas, tardes, noches, veranos, inviernos, años. Aquellos tiempos en los que cualquier nimiedad nos hacía felices, cuando la felicidad se reducía a una tarde jugando con el agua.

Es curioso lo rápido que pasa el tiempo y nosotros ni nos damos cuenta. Te fuiste, pero no sin darme una última lección. Aprendí a buscar el lado bueno de las cosas, a tomarme la vida con humor, con ese humor tan característico que tenías. Aprendí que hay que disfrutar cada momento, vivir el día a día, recordarle a las personas que tenemos a nuestro alrededor que estamos ahí. Aprendí a decir te quiero más a menudo, nunca se sabe cuándo será el último. Aprendí que para morir, es necesario haber vivido. Aprendí que la vida no podía ser ese espacio temporal entre nuestro nacimiento y nuestra muerte. Aprendí que la vida te da oportunidades, que no hay que desaprovecharlas. En la vida, andamos como por las vías de un tren, sin rumbo, pero entonces aparece algo, o alguien, que nos muestra el camino. Una vibración, un traqueteo, y sientes como a lo lejos se acerca un tren. Esa es tu oportunidad, cógela, salta, lánzate. Quizás ese sea el último tren. No sé en qué momento pasó mi tren, sólo sé que me subí. Ese tren me llevó a la siguiente estación y ahora espero ansiosa al siguiente, a ver qué me depara. Mientras tanto, disfrutaré del viaje y de todos aquellos que decidan acompañarme.

"La muerte sólo es triste para aquellos que no se han atrevido a vivir"
El mejor lugar del mundo es aquí mismo, Care Santos

sábado, 17 de enero de 2015

#campañaparasalvaruntequiero


Te quiero, estas dos palabras tienen un fuerte significado. Pero a diario las vemos escritas, muchas veces incluso las utilizamos sin venir a caso. Yo abogo por reservarla para casos especiales. Reservarla para aquella persona que realmente ocupa tu corazón.


Resérvala para tu familia, para tu madre, para tu padre, tus hermanos, tus abuelos, tus tíos. 


Resérvala para tus amigos. Pero no amigos cualquiera, eso es trampa. Es para aquellos amigos que siempre están ahí, aquellos que están en las duras y en las maduras, los que no fallan. 

Por favor, no hagamos que un sentimiento tan bonito y profundo pierda su ser en la monotonía. Hoy en día, nos hartamos de ver parejas que apenas han comenzado su andadura en la relación y ya predican su amor a los cuatro vientos: por Facebook, por Twitter, por cualquier red social, y no paran de decirse ‘te quiero’. Yo veo muy bien que prediques tu amor, que des envidia a los solteros del mundo, incluso. Pero si por norma decimos ‘te quiero’ a los dos días de empezar una relación, el día que realmente sintamos algo, ¿qué pensamos decirle a nuestra pareja? 


#campañaparasalvaruntequiero